𝐒𝐞́𝐧𝐞𝐜𝐚. ❅

“Ninguno de los dos tiempos te pertenece” Esa frase fue la que me dejó pensando toda el día, leímos un texto poco extenso de Séneca el cual hablaba sobre la muerte y el dolor que está implicaba, pensaba que no se debía sufrir por algo que por mucho que queramos evitar, llegará y aunque no sepamos el momento, somos conscientes de que ocurrirá. Siempre ocurre. 

Las palabras que utilizaba eran suaves pero duras, a simple vista parecían ser únicamente letras pero tenían un significado mucho más profundo. Poco sé de Séneca y lo que aprenda lo olvidaré en el momento en el cual mi alma deje mi cuerpo, pero los sentimientos seguirán aquí, no por mi sino por la gente a la que he marcado y marcaré, y los sentimientos que me dejó Séneca los fui compartiendo. Como dije anteriormente, me pasé el día con mi mente en ello, esa frase me hizo pensar en algo más que en la muerte, ya sea un examen fallido, un amor que no ha podido ser o simplemente de algo que has perdido. El texto comentaba sobre el llorar por algo que no puedes recuperar, derramar lágrimas en vano o el hecho de nunca nadar en el mismo río pues su agua ya se había desplazado y ya no era lo mismo; la primera idea la puedo compartir a medias pues sufrir en vano es perder el tiempo pero aún así el dolor sigue estando y es algo que se tiene que superar, no evitar, si intentas ignorar ese dolor solo lo hará más grande hasta que no puedas más con él; la segunda idea es más compleja porque ¿qué hace a una persona ella misma si constantemente está cambiando? Sigue siendo el mismo río a pesar de que sus aguas sean otras, ¿es la localización? ¿O es la esencia lo que le hace el mismo siempre? ¿Sino es su nombre? Es complicado de expresar pero sigue siendo el mismo río. 

La profesora nos propuso dar ideas para contradecir la idea de Séneca ante la muerte y varios compañeros dieron buenas ideas: no es el miedo a la muerte como tal sino las consecuencias a las cuales lleva, pensar en un mundo sin tu existencia, todo continuará sin ti y te da curiosidad sobre el futuro, las cosas que no pudiste hacer o abandonar a los que más quieres… pero aún así la idea vivir eternamente no es tan atractiva porque o tus seres queridos te pierden o tu vives constantemente para perderlos, la vida perdería su chispa. 




Sinceramente no creo temer a la muerte pero aún así aprecio vivir, quiero vivir, deseo vivir, ansío vivir, anhelo  sentirme viva. No estoy muerta ya que sigo respirando pero tampoco vivo, estoy simplemente continuando hasta ver cuando empiezo a vivir. Diciendo aquello no digo que quiera morir mañana sino que deseo vivir una vida que me haga feliz y así poder morir teniendo en mente que ha valido la pena y por mucho miedo que me de dejar a mis seres amados, mirarán a la luna y podrán recordar lo que una vez fui pues este es el tiempo que me pertenece y no voy a perderlo.

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